jueves, 26 de marzo de 2009

Momento crucial



Una vez mas, se busca ante ese blanco lienzo, ansioso de absorber pensares y reflexiones. Una vez mas, como cada vez que lo busca, se siente inquieta. Hoy abatida, insegura y frustrada. Demasiado triste.. No sabe a donde va, pero sabe que debe seguir caminando. No puede parar, no debe..
Tras un duro fin de semana de destrozas emocionales y rebosando el vaso de la desesperanza, sabe que debe dar el salto. Cuan difícil es para ella, pero debe hacerlo ya.
No se puede caminar a rebufo, esperando encontrar lo que fue en el pasado. Aquello ya no es. Ya marchó. No se puede, no puedes niña, se piensa..
Se aferra a lo que verdaderamente sabe que ama, pero no por ello le abraza con armonía. Se siente atrapada. Esclava de amor que agoniza. Algo se perdió por el camino, y algo perdieron juntos y no puede recuperar.

Somos como piedras en la orilla del río. El agua las modela, los elementos las comprometen hasta que se tornan planas, efímeras, cadentes de fuego y pasión.
La vida pasa minuto a minuto sobre nosotros perfilando su arrebato de avatares en nuestras pequeñas e insignificantes estancias. Creemos ser dueños de nuestro propio despropósito, pero ni tan siquiera eso..

Desearía sentirse como luciérnaga en la noche majestuosa. Águila en lo alto del precipicio. Paloma exaltada de libres vuelos o marmota relajada en su ancestral refugio. Pero lo cierto es que no es nada de todo aquello que ansía ser. Tal vez ese es su error. Ansiar tanto.

Se siente desbordada por infinitos cúmulos de emociones que no se traducen a nada realmente tangible. Todo nace, se desarrolla y estalla en sus entrañas sin llegar a materializarse en algo con sustancia. Algo que pueda agarrar, asegurar y definir.. Se siente tan efímera..
Y con esa sensación, debe de seguir adelante. Desligándose de lo que ya es consciente que no le corresponde y buscando su propio equilibrio.
Se sabe débil. Se adapta demasiado a lo que ama, sin tomar cuenta que se abandona a su propio devenir. Siempre piensa que está bien porque se siente bien. Hasta que llega el momento crucial, en el que su adaptación no sobrevive a si misma. Porque tiene alma y corazón. Porque necesita el mínimo exigible para sí. Y no es otro que el de sentir el calor y el refugio que le acoja, que le envuelva de esencias y le de paz.

Ya vale amiga mía. No tienes nada pero eres todo. Y todo está por definir de nuevo. Una y mil veces si es necesario. Mientras quede un soplo de vida en ti, seguirás buscando.. aquello que mereces..

.. Y ahora se encuentra ahí sentada. Pasea la mirada por la estancia que también lleva su sello de matices anaranjados. Ante sí y en su desencuentro con esas letras que escribe, prende el último cigarrillo de esa cajetilla. Todo es diferente a lo anterior. Pero todo es un final. Estan cercanos en lo físico, a un metro y medio si cabe, pero tan distantes..
Su ultima hora allí, su ultimo trago y su ultimo aliento dedicado en esa casa, a su amor. Le parece un momento especial no por lo amable, sino por lo que significa.. Le pesan ya demasiado los momentos valiosos y desaprovechados llenos de oscuridades..
No sabe si tendrá fuerza para dar el paso. Lo necesita. Respira hondo, varias veces. Nunca estuvo tan segura. Quiere lo que no desea, pero quiere. NECESITA.
Se apresura a recoger del rincón acostumbrado los pocos enseres personales que nunca tuvieron cabida en sus armarios. Colgada en la mirada porta el crepúsculo del desamor. En sus labios, el amargo silencio inevitable cuando ya sobran las palabras tantas veces expresadas..

...Y aquella misma tarde marchó. Pero nunca antes de que él ya lo hubiera hecho..

No hay comentarios: