Dicen que todo lo que comienza siempre acaba. Pero yo me resisto a creerlo. Pues todo muta y se transforma, aunque tan solo sea en la muesca que nos deja en la piel y en la entraña de lo incontrolable.
Podemos negar o enmudecer.
Mirar hacia el lado opuesto.
Rechazar o guardar como el mejor de los tesoros.
Todo queda, siempre queda..
De necios es no aceptar.
De sabios buscar el acierto en la experiencia.
De locos perseverar en lo incurable
Y de sensatos reconducir cuando sentimos esa brizna de brisa que nos acompaña.
Lo importante al final de cada apuesta es haberla vivido y saber alojar su regusto en el espacio adecuado de los cajones del recuerdo.
Todo queda, siempre queda..
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